El núcleo de la oración siempre es un verbo conjugado.
La oración es una estructura que tiene como núcleo un verbo conjugado. El verbo aporta información de persona, número, tiempo y modo en su terminación y en torno a él aparecen los adyacentes.
Un enunciado puede tener una oración o varias. Algunos enunciados no poseen ningún verbo conjugado y por eso decimos que son frases.
Cada verbo conjugado puede recibir adyacentes o no. Existen oraciones que tienen adyacentes y otras que no. Los adyacentes son las palabras que dependen del núcleo verbal. Aportan información al verbo, lo delimitan o especifican. Muchos de ellos tienen movilidad, otros no.
Los morfemas flexivos del verbo, o sea, la terminación, aportan informaciones gramaticales de persona, número, tiempo y modo.
- La raíz de un verbo es la parte que informa acerca de su significado. Podemos reconocer la raíz de un verbo regular, eliminando la terminación de su infinitivo =ar, =er, =ir. De esa manera el morfema resultante que obtenemos es la raíz del verbo.
- La terminación o desinencia se une a la raíz para aportar información de persona, número, tiempo y modo. Y por esa razón decimos que en su terminación encontramos el morfema flexivo, ya que en en esa parte del verbo reconocemos esas informaciones gramaticales que pueden variar o ser flexivas, por ejemplo, 1ra. o 3ra. persona, del singular o del plural, tiempo presente, pretérito o futuro, y modo indicativo, subjuntivo o imperativo.
Para poder clarificar algo más esta información puede observar estos videos: EL VERBO
LOS TIEMPOS VERBALES
Los verbos conjugados pueden situar en el tiempo “cuándo” sucede el hecho que se dice de un determinado sujeto.
Los tiempos verbales fechan la acción del verbo en la línea infinita del tiempo, en relación no sólo con dos, sino también con tres puntos distintos de referencia conjugados entre sí. El punto primero de referencia es el instante mismo de hablar llamado Presente, lo anterior a ese Presente es Pretérito, y lo posterior Futuro. Así las formas pueden ser: canto, canté y cantaré.
El punto segundo de referencia es uno de esos tres tiempos así ya constituidos, respecto al cual el nuevo tiempo puede significar anterioridad (ante-), coexistencia (co-) o posterioridad (pos-).
Presente
1. El hecho que ocurre sucede en este mismo instante.
“Estoy leyendo el blog de Idioma Español”.
El hecho mencionado es algo que sucede habitualmente, como una rutina, aunque no sea en este mismo momento.
“Le doy de comer al perro todos los días”
Se habla de un hecho que refiere a una realidad intemporal, una verdad eterna o para hacer mención a acontecimientos históricos.
“Los verbos existen”.
“Artigas nace en el seno de una familia montevideana”.
“Dos más dos son cuatro”
Pretérito perfecto simple (pretérito)
El hecho que se presenta es algo que ya ha terminado.
“Fui al liceo”
Pretérito imperfecto (copretérito)
Significa la coexistencia de ese accionar con una cosa pasada. Muestra el hecho en su transcurrir. Se emplea mucho en las descripciones de los marcos de la narración. Por ejemplo: “Tenía el pelo blanco y rizado. Su boca estaba llena de arrugas...”
“Me dijo que estaba enfermo”
Pretérito pluscuamperfecto (antecopretérito)
Este tiempo sirve para indicar que un hecho es anterior a otro hecho pasado.
Puede informarnos que un hecho es anterior a un pretérito como en el siguiente caso:
“María dijo que lo había visto”.
Y puede indicarnos que la acción es anterior a un copretérito como en el siguiente caso:
“Seguía dolorido, aunque había tomado las pastillas”.
Futuro
La expresión del hecho “venidero” se hace mediante el futuro.
“Mañana traerán el pizarrón”
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